Manatíes en México: conservación y estudio en Catazajá, Chiapas
 
 

M en C Jenner Rodas, Coordinador del proyecto

Biol. Emilio Romero Berny, Asistente de investigación

Departamento de Vida Silvestre, Subsecretaría de Medio Ambiente Desarrollo Urbano y Vivienda del Estado de Chiapas

Instituciones colaboradoras:

Dr. Alejandro Estrada, Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México


Textos preparados por Jenner Rodas, Emilio Romero Berny y Alejandro Estrada; Credito fotos J. Rodas, E. Romero Berny y A. Estrada, excepto la foto arriba esq. puperior derecha (crédito USGS-Sirenia Porject) y  las 4 abajo del mapa que se presenta a continuación (crédito fotos: freeweb, Wikipedia, http://www.homesafe.com/manatee/photographs/index.html)

Agradecimientos: Agradecemos el apoyo, colaboración y asesoría en el proyecto brindados por el Dr. David León Olivera y el M en C. Darwin Jiménez, de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Alejandro Estrada agradece el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Scott Neotropic Fund del Cleveland Metropark Zoo.


Los manatíes viven en aguas tanto dulces como saladas, cerca de las costas de America y Africa. La especie Trichechus senegalensis, habita las costas de África occidental; la T. inunguis, habita los ríos de la Amazonia y una tercera, T. manatus, habita las Antillas y ríos y estuarios de la cuenca del Golfo de Mexico y el mar Caribe. El manatí de Florida es considerado una subespecie (T. manatus latirostris) y el manatí antillano, que en México es considerado como la subespecie T. manatus manatus. Más recientemente se ha descrito una cuarta especie de manatí: el manatí enano T. bernhandi. Es próxima al amazónico, más bien una probable subespecie, que sólo alcanza el 1,3 m de longitud. Tiene una distribución muy restringida, unos 120 km del curso del rio Aruainho, afluente del Aripuanii, habita en las aguas claras de corrientes rápidas y se alimenta en posición horizontal y no verticalmente como hace su pariente.

Izquierda: Distribución geográfica aproximada de Trichechus; T. manatus in verde; T. inunguis in rojo; T. senegalenis in anaranjado (mapa de Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Manatee).


La longitud del cuerpo alcanza entre 3 y 4 m, y el peso oscila entre 300 y 500 kg. El cuerpo es gris con intersticios rosados. Tienen una cola aplanada horizontalmente en forma de espátula. Los manatíes son herbívoros, y se alimentan del follaje de un numero de plantas acuaticas. Para ello usan el labio superior, que está dividido. Un manatí adulto puede comer normalmente hasta un 9% de su peso (unos 50 kg) al día. Cada 2 a 5 años la hembra da a luz una cría, la cual al nacer en promedio pesa 35 kg. La cría depende totalmente de su madre y permanece con ella por lo menos 2 años. Solamente la hembra se encarga de cuidar la cría, dándole leche hasta que sus dientes están bien formados para comer alimentos duros. Son adultos a los 4 años y pueden vivir hasta los 80.

El manatí antillano (Trichecus manatus manatus), la especie presente en México, tiene las extremidades anteriores modificadas en aletas muy flexibles con presencia de tres uñas planas y redondas que le sirven para desplazarse en el fondo del agua y sujetar a los alimentos. La hembra presente una pequeña teta debajo de estas extremidades, con la que le da mamar a lis crías, las extremidades posteriores se fusionaron en una aleta caudal en forma plana que sirve como timón y para desplazarse en el agua generalmente a una velocidad entre 5 a 7 km por hora.  El manatí Mexicano es una especie en peligro de extinción. La expansión humana ha reducido su hábitat natural en muchas áreas. Asimismo, la contaminación favorece la ingestión de sustancias tóxicas o metálicas mezcladas en el agua y en la vegetación que consumen los manatíes. Muchos manatíes tambien son heridos por los botes de motor y la cacería indiscriminada ha sido otro factor que ha reducido drásticamente las poblaciones. Los manatíes eran cazados principalmente por su carne y su grasa.  

Aun cuando el manatí es en la actualidad una especie protegida en México, existen pocos datos sobre el estado de conservación de las poblaciones a nivel local y los programas de conservación de estos mamíferos son aun muy escasos. La distribución geográfica original del manatí en México, abarcaba el litoral del sur del Golfo de México y las costas de la península de Yucatán, en áreas con sistemas lagunares conectados al Golfo de México. En la actualidad la distribución histórica del manatí ha cambiado debido a la actividad humana, la cual ha causado la extinción local de los manatíes en varias localidades del litoral del Golfo. Poblaciones de manatíes existen en otras localidades, pero se desconoce con certidumbre la ubicación de estas y su estado de conservación.


Una localidad en donde esta confirmada la existencia de Manatíes es en los humedales costeros de la reserva de la biosfera Pantanos de Centla y en los mismos humedales localizados fuera del área de la reserva. Uno de estos humedales es aquel ubicado en Catazajá, en la parte donde el estado de Chiapas colinda con el estado de Tabasco (ver abajo).


Izquierda: localización de la Laguna y humedales de Catazajá en el estado de Chiapas, México, y relación con respecto al poblado de Palenque, ubicado este a unos 40 km de distancia de Catazajá. Estos humedales son parte de un sistema mayor de humedales que también conforman la reserva de la biosfera Pantanos de Centla en Tabasco y en donde fluye la parte terminal del Río Grijalva y Usumacinta, formando un gran delta que desemboca en el Golfo de México.

Derecha. Laguna de Catazajá y sistema de humedales en su vecindad


El nombre de Catazajá viene de los vocablos mayas  kaa”, valle; “tasal”, tendido y “ja”, agua, cuyo significado es “valle cubierto de agua”, haciendo referencia a una gran llanura de inundación estacional asociada al río Usumacinta en los municipios chiapanecos de Catazajá, La Libertad y Palenque; y el municipio de Emiliano Zapata, Tabasco. La población de Catazajá es predominantemente mestiza y dedicada tradicionalmente a la pesca y a la agricultura de temporal. Con la construcción de un sistema de diques en 1993, se embalsaron permanentemente  16,000 ha de la laguna Catazajá, detonando a la pesca como al principal actividad en el área. Otra de las actividades principales del municipio es la ganadería. El turismo es aún incipiente, pero se prevee una intensificacion de este debido a las actividades de conservacion de los humedales.


Breve historia:

El manatí era conocido en la región de humedales adyacentes a los grandes centros mayas del periodo clásico de Palenque y Pomoná.  De hecho, un glifo encontrado en el templo de la Cruz en el sitio arqueológico de Palenque, llamado K`uhul Baakal Ajaw,  segundo gobernante de Palenque nacido en el año 422 a.c., muy probablemente representa la figura de un manatí, señalando la importancia de este animal para la cultura maya.  La presencia del manatí fue documentada en los ambientes acuáticos del norte de Chiapas  en la década de 1950, por el Dr. Miguel Álvarez del Toro. Más adelante,  durante la década de 1980, el Instituto de Biología de la UNAM, a través de Bernardo Villa y Luz Colmenero, hizo una extensa investigación acerca de la distribución del manatí  en la cuenca del Grijalva-Usumacinta, reportándose para el municipio de Catazajá.  Se sabe que durante la primera mitad del siglo XX, en Catazajá y en otras comunidades del Golfo de México existió una “pesquería” del manatí, regularmente establecida. En esta se extraían carne y grasa como alimento y huesos como medicina para enfermedades respiratorias y sanguíneas. Con la veda aplicada dos décadas mas tarde, se frenó la cacería directa de la especie, no obstante, empezaron a surgir otros problemas como el uso de nuevas artes de pesca, construcción de infraestructura hidráulica y pérdida de hábitat. A pesar de estos problemas, el manatí siempre ha tenido un lugar dentro de la cultura popular catazajense, dentro del folklor tradicional; tal es el caso de la leyenda del hombre-pez, cuyos habitantes mas viejos aún recuerdan, pretendiendo atribuir al manatí, un origen humano.


Monitoreos de la población

Avistamientos y evidencia de presencia y actividad de manatíes Detección de presencia y actividades de manatíes en el sistema lagunar de Catazajá se hace por medios visuales. Estos últimos consisten en revisar con cuidado la superficie del agua en los canales y áreas pantanosas de la laguna para avistar a los manatíes cuando estos salen a respirar (fotos abajo, izquierda y centro). Un procedimiento alternativo y complementario al anterior es la identificación de áreas de ramoneo de la vegetación acuática superficial (foto extrema derecha abajo).


Uso de ecosondas para detectar manatíes bajo la superficie del agua

El uso de métodos tradicionales, como avistamientos para evaluar la distribución y abundancia del manatí en la Laguna de Catazajá y humedales vecinos esta siendo reforzado con el uso de ecosondas. Este equipo permite detectar a los manatíes bajo el agua, permitiendo la obtencios de conteos de individuos con precisión. Asimismo, el uso de la ecosonda permite clasificar a los individuos avistados acustricamente en clases de edad tales como adultos, subadultos y crías. La ecosonda también permite obtener datos sobre variables ambientales como temperatura del agua a varias profundidades, espesor de materia orgánica en el fondo y profundidad del agua en los diferentes puntos en donde se detecta a los manatíes.


Monitoreo de movimientos de los manatíes en el sistema lagunar y humedales

La captura de algunos manatíes con la meta de colocarles radiocollares, alrededor de la aleta caudal, permite conocer la amplitud y estacionalidad de sus movimientos en la laguna y en el sistema de humedales.

Izquierda: Radiocollar (antena, arnés y fuente de poder) para rastrear los movimientos de los manatíes; derecha, radiocollar ubicado en la aleta caudal de un manatí adulto - note la antena erguida


Otros registros de presencia de manatíes

Registros complementarios de presencia de manatíes en diferentes puntos del sistema lagunar y humedales se hacen no solo a través avistamientos, pero también buscando áreas de ramoneo reciente de plantas acuáticas (foto de la izquierda). De igual forma, ocasionalmente los habitantes descubren cadáveres de manatíes - individuos que han fallecido por causas naturales (foto centro) - y esto puede ser usado como un indicador de la presencia de otros manatíes. El descubrimiento de osamentas en las orillas de la laguna (foto extrema derecha), también indica la presencia de manatíes en meses recientes. La ubicación en el espacio de los puntos de detección de actividad de ramoneo, de detección de cadáveres y de descubrimiento de osamentas, por medio de coordenadas geográficas obtenidas con el uso de geoposicionadores (GPS), genera información, junto con aquella recabada a través de avistamientos directos y de los registros de ecosondas, sobre la distribución de las poblaciones en área lagunar y humedales vecinos.


Incorporación de las comunidades en programas de conservación de los manatíes

Una meta importante en el área de la conservación del manatí es concientizar e involucrar a la población local acerca de la importancia del manatí dentro del contexto biológico, ecológico y cultural de la región. En este contexto, se desarrollan varias actividades educativas y de divulgación en cerca de 20 comunidades en la zona y también se celebra el Día Nacional del Manatí con la participación de las poblaciones locales. A partir de estos esfuerzos, el manatí es ahora el emblema regional en la zona de Catazajá y las comunidades participan de modo importante en actividades de conservación y monitoreo de esta fauna y de los humedales.


Rescate de manatíes

Durante el estiaje (época de secas), los cuerpos de agua del sistema lagunar Catazajá descienden su nivel, llegando algunas lagunas y llanuras de inundación a secarse casi por completo, provocando el varamiento de algunos manatíes. El rescate de manatíes varados constituye una oportunidad única para obtener información sobre la especie y el estado de salud de las poblaciones.

En estos rescates se cuenta con la participación de pescadores de comunidades del área de Catazajá y bajo el auspicio de os H. Ayuntamientos, Cooperativas Pesqueras y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

Imágenes ilustrando actividades de rescate de manatíes varados en segmentos de poca profundidad en la Laguna de Catazajá durante la época de secas. Nótese la participación de los pobladores locales en estos eventos.

La obtención de medidas como peso corporal y longitudes de diferentes segmentos del cuerpo de los manatíes, incluyendo datos clínicos y otros, son actividades importantes ya que estos incrementan de modo importante el conocimiento sobre la biología de estos mamíferos.


 

Otra fauna existente en la laguna de Catazajá y humedales circundantes

Los humedales de Catazajá son áreas reconocidas como regiones terrestres e hidrológicas prioritarias para la conservación por su alta diversidad biológica. Asimismo estos ecosistemas son de importancia internacional para la conservación de humedales y de la fauna que resguardan, incluyendo aquella de naturaleza migratoria.

Hasta el momento se ha reportado la existencia de cerca de 40 especies, siendo los mas notables el pejelagarto (Atractosteus tropicus), bagre (Ictalurus meridionalis), robalo blanco (Centropomus undecimalis) y sábalo (Megalops atlanticus). En el grupo de los reptiles se encuentran presentes especies de quelonios como la tortuga jicotea (Trachemys scripta), tortuga blanca (Dermatemis mawii) y tortuga tres lomos (Sataurothypus tryporcatus). Se encuentra presente también la iguana verde (Iguana iguana), la iguana negra (Ctenosaura similis), el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletti) y la boa (Boa constrictor), entre otros. Entre las aves acuaticas migratorias encontramos al pato de alas azules (Anas discors), pato criollo (Cairina moschata), pato de pico rojo (Dendrocygna autumnalis), cigueñon (Mycteria americana), etc. En el grupo de mamíferos además del manatí, se encuentra el mono aullador negro (Allouata pigra), la nutria (Lontra longicaudis), mapache (Procyon lotor), oso hormiguero (Tamandua mexicana), tepezcuintle (Agouti paca), tejón (Nassua nassua) y tigrillo (Felisweiidi), entre otros.

 

 


Publicaciones recientes:

 

Rodas-Trejo, J., Romero-Berny, E. I. and Estrada, A. 2008. Distribution and conservation of the West Indian manatee

(Trichechus manatus manatus) in the Catazajá wetlands of northeast  Chiapas, México. Tropical Conservation Science 4:321-333. PDF

 


Para mayor información comunicarse con cualquiera de las siguientes personas: M en C. Jenner Rodas Trejo <[email protected]>, Biol. Emilio Romero Berny <[email protected]>, Dr. Alejandro Estrada [email protected]


[email protected]